Incluso si tienes un metabolismo súper acelerado, en algún momento es probable que te enfrentes al hecho de que tu capacidad para quemar calorías de forma casi instantánea ya no es lo que solía ser.
- Bebe más agua
Beber mucha agua es una forma fácil de perder peso. Si tomas la cantidad correcta de agua, aprenderás a distinguir el hambre de la sed. No tomes agua solo cuando sientas sed. Ya que, cuando sientes sed, es porque ya estás deshidratado.
- Suda mucho en las mañanas
No solo aprovechas el día, sino que en las mañanas se quema calorías más fácilmente. Una buena sesión en la mañana te ayuda a acelerar el metabolismo, lo que te ayuda a quemar calorías el resto del día.
- Come hasta que estés 80% lleno
Tal vez odias botar la comida o siempre estás apurado (o ambas cosas). Pero estos hábitos pueden llevarte a comer más de lo que necesitas. Desacelerar y comer de forma consciente es el secreto para mantener tu peso. Cuando comes lento, es más fácil reconocer las pistas que tu cuerpo te da.
- Planifica
Empiezas la semana con las mejores intenciones, pero una reunión a mitad de la mañana te hace tirar por la borda tu plan de un almuerzo saludable. Y terminas comiendo papitas de bolsa toda la tarde. Por esta razón es que es tan importante “saber lo que vas a comer y cuándo comerlo”, dice Onsgard. Esto limita la cantidad de decisiones que debes tomar, lo que te ayuda a mantenerte en el buen camino.
- Evalúa los cambios en tu estilo de vida
El estrés y la falta de sueño pueden hacerte ganar peso también. La grehlina y la leptina son dos hormonas que controlan el apetito y la saciedad, y cuando no duermes lo suficiente estas hormonas se descontrolan, lo que nos hace sentir hambrientos todo el tiempo. Estas hormonas se equilibran durante las etapas de sueño más profundo, dice Onsgard, así que dormir unos buenas 7-9 horas al día es lo mejor para controlar el hambre.
- Cuando piensas en ejercicios para quemar grasa, el cardio es lo primero que te viene a la mente. El entrenamiento de fuerza es un componente súper importante para mantener un metabolismo activo y que puede ayudarte a quemar más calorías a largo plazo. Esto es porque los músculo requieren energía (calorías) para alimentarse, lo que previene que se almacenen en forma de grasa.